UNION NACIONAL DE TRABAJADORES |
MANIFIESTO DEL 1º DE MAYO
POR UN ACUERDO SOCIAL PARA LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA Y EL DESARROLLO NACIONAL
AL PUEBLO DE MÉXICO:
Los trabajadores de México reivindicamos este 1º de Mayo el carácter de clase del movimiento sindical y una plataforma de alianza social para impulsar la transición a la democracia en México. Para ello, nos hemos propuesto participar de una manera combativa y unitaria.
El cambio ofrecido por el nuevo gobierno hasta ahora solo se ha traducido en un cambio favorable para la organización y los proyectos del gran capital nacional y extranjero. Para la UNT es preocupante que, en las políticas publicas. anunciadas por el nuevo gobierno, se apunte a un distanciamiento de las promesas que, a favor los trabajadores, se realizaron en campaña.
Las políticas económicas, sociales y laborales de los últimos tres sexenios, contrarias a los trabajadores, parecen continuar, con algunos ajustes meramente formales.
Con el ridículo aumento otorgado a los salarios mínimos el nuevo gobierno le da continuidad a la política de bajos salarios a pesar de que en las revisiones contractuales y salariales se han otorgado incrementos que aparentemente están por encima de la inflación "esperada" (que siempre es inferior a la inflación real)
Se propone una reforma fiscal lesiva a los intereses de los trabajadores que, entre otras medidas, considera aplicar el IVA en medicinas, alimentos y libros así como el gravar diversas prestaciones contractuales.
Se anuncia, de nueva cuenta la intención de reformar a la Ley Federal del Trabajo, reforma que podría tener como base a la llamada "nueva cultura laboral" en cuyo caso terminaría por resultar contraria a las necesidades productivas y sociales de los mexicanos.
Se pretende disminuir el paquete de servicios de salud en el IMSS mientras que por su ausencia brillan las propuestas de fondo para solucionar el gravísimo problema de las pensiones, las jubilaciones, la vivienda y otras prestaciones sociales.
Se amenaza con el despido masivo de los trabajadores del sector público; se mantienen los presupuestos raquíticos a la educación; se reduce la inversión en el sector agropecuario y se agravan las condiciones de vida y de trabajo en el campo.
Por otro lado, la integración del gabinete, el anuncio de las nuevas formas que adoptará la privatización de la energía eléctrica, y el nombramiento de los consejeros de PEMEX, son hechos que sugieren que el nuevo gobierno se perfila como un gobierno proempresarial, que busca actualizar las formas de negociación autoritarias y corporativas del viejo régimen.
En efecto, una vez Concluido el proceso electoral, se integro un gabinete constituido básicamente por elementos provenientes del sector empresarial y algunos cuadros políticos y militares cuyo objetivo esencial es dar seguridades en cuanto a la estabilidad política y la continuación de programas económicos. Las reformas de fondo y las políticas sociales, salvo honrosas excepciones, parecen ocupar un lugar secundario en su agenda.
Por ello en lugar de convocar a los trabajadores y al resto de las fuerzas y organizaciones sociales a construir un nuevo pacto social, el nuevo gobierno nos ha llamado a la discusión cupular de algunos ajustes administrativos menores utilizando los mismos métodos burocráticos y corporativos de sus predecesores, en los que a menudo prevalece la política de los hechos consumados.
Estas son las razones por las que, tomando en cuenta la importancia que tiene el establecer un nuevo pacto social, demandamos el cumplimiento de los compromisos de campaña de Vicente Fox, para impulsar un verdadero Programa de Gobierno de Transición a la democracia y el desarrollo.
Con este propósito es necesario construir un intenso, permanente y profundo diálogo nacional entre los distintos sectores de la sociedad, en especial, aquellos que están involucrados en el ámbito de la producción como las organizaciones de los trabajadores y los empresarios del campo y la ciudad.
En este dialogo deberán participar los partidos políticos y los tres poderes formales de la nación en sus distintos niveles.
No será útil para el país reeditar las practicas autoritarias merced a las cuales todas las decisiones importantes se toman desde el Poder Ejecutivo ya que la falta del acuerdo social se ha revelado como un grave problema político.
Por la carencia de consensos es posible que, en el mejor de los casos, la suerte de aquellas propuestas que buscan resolver los grandes problemas de la nación, dependa tanto de la correlación de fuerzas de los partidos representados en el Congreso de la Unión como de las correcciones circunstanciales que estos le hagan a las iniciativas de ley que les presente el poder ejecutivo
En estas condiciones cabe observar un peligro: de no lograrse el consenso necesario para sacar adelante la reforma fiscal y las demás Iniciativas pendientes quedará planteado un enfrentamiento entre el Presidente y el Congreso y, ante el riesgo de que se presentara un empantanamiento, podrán emerger las tentaciones autoritarias y/o carismáticas, ante un país polarizado políticamente. En esas circunstancias la transición democrática quedaría en grave riesgo.
Frente a este probable escenario, vale la plena insistir en el programa, el acuerdo y el gobierno de transición, como compromisos que deben cumplirse. Una señal positiva de que se tiene compromiso con la transición democrática, plural e incluyente, pasa necesariamente por lograr acuerdos sobre los derechos y cultura de los pueblos indígenas y sobre la reforma fiscal progresiva, la reforma laboral y productiva, el desarrollo del sector energético, la reforma del Estado, la reforma educativa, las políticas de salud y otros temas, donde los actores no sólo sean el poder legislativo y ejecutivo, sino también todos los
sectores sociales involucrados.El Presidente de la República, Lic. Vicente Fox Quesada no debe negarse al diálogo plural e incluyente como el espacio donde se concrete el acuerdo social y político de los mexicanos para transitar, con un programa claro y con gobernabilidad, hacia la democracia económica, social y política que todos anhelamos.
Es cierto que la sociedad mexicana ha avanzado en la construcción de la democracia electoral. Sin embargo, los avances en la política no resuelven de manera directa el problema de la producción y la distribución equitativa de la riqueza para el bienestar del pueblo; crean mejores condiciones para encontrar soluciones, siempre y cuando se puedan construir los consensos que permitan encauzar el esfuerzo y el trabajo productivos de los mexicanos.
La alternancia de distintos partidos en el gobierno es un aspecto muy importante para la construcción de la democracia en sus aspectos políticos; sin embargo, más importante para la consolidación de la democracia es que el pueblo la apoyo porque en ella se encuentran las mejores condiciones para resolver los graves problemas que afectan su vida, tales como la pobreza, la desigualdad, la injusticia, y otros.
Por ello, lo que está planteando en el ámbito del trabajo, no es la continuidad de las políticas públicas que han mostrado su inoperancia y han fracasado, ni tampoco su mera actualización, en negociaciones autoritarias y burocráticas; lo que está planteado, y así lo hemos propuesto, es la construcción democrática de un nuevo acuerdo social entre los empleadores, los trabajadores y el Estado, en el marco del acuerdo más general para la transición democrática.
Por todas estas razones, hemos decidido convocar a una Manifestación unitaria de los trabajadores y el pueblo en este 1º. de Mayo e impulsar , un Foro de Alianza Social y Democrática, con el fin de construir, entre todos, las demandas y propuestas de los trabajadores y la sociedad civil.
PLATAFORMA UNITARIA PARA UN NUEVO PACTO SOCIAL:
Mejorar la calidad de la vida de todos los mexicanos un cambio de rumbo en el desarrollo nacional. Para ello, promoveremos una reforma del modelo productivo y del sistema laboral que, en el marco de la Reforma del Estado, sea capaz de impulsar el mejoramiento legal, institucional y cultural del mundo del trabajo, con el fin de coadyuvar al cambio del modelo económico, al aumento de la producción y de la productividad nacionales que contenga una nueva política laboral y productiva que reafirme la soberanía, y a la construcción de un nuevo modelo que dé sustento a los grandes valores y objetivos por los cuales se ha pronunciado el pueblo mexicano a lo largo de su historia: la soberanía, la libertad, la justicia, la equidad, la igualdad, la democracia, el salario constitucional, los derechos humanos y la prosperidad de la nación.
Nuevo acuerdo social entre los empleadores, los trabajadores, las organizaciones representativas de ambos y el Estado, sustentado en el derecho, la democracia, la libertad y la autonomía de las organizaciones.
Nos pronunciamos por la recuperación de los salarios y su participación en el ingreso nacional; la generación de empleos estables; el establecimiento bilateral de sistemas de medición y mejora continua de la productividad y la calidad en cada centro de trabajo, que permita elevar también la competitividad de las empresas, generar más riqueza y distribuir los beneficios a los trabajadores y sus familias.
Cumplimiento a los acuerdos internacionales en materia laboral, en particular los firmados con la OIT.
Desmantelamiento de los contratos y sindicatos de protección y corrupción.
Por la defensa de los derechos sociales de los trabajadores: salud, educación, vivienda, y otros.
Apoyamos al SNTSS en su lucha por salvaguardar el carácter integral, solidario y redistributivo de la Seguridad Social, aumentando la inversión para mejorar la calidad de los servicios y el urgente establecimiento de más guarderías infantiles para los hijos de las madres trabajadoras.
Defendemos el carácter obligatorio, gratuito y laico de la educación pública y exigimos aumentar el presupuesto hasta el 8 % del Producto Nacional para garantizar la calidad de la educación, los ingresos justos para los trabajadores y el retiro digno a los jubilados.
Nos pronunciamos porque la investigación científica y el desarrollo tecnológico sean herramientas para la solución de problemas de la sociedad y no meros instrumentos de dominación o generadores de ganancias para una minoría.
Nos pronunciamos por la vigencia plena del Estado de Derecho en el mundo laboral, como premisa básica para cualquier reforma legislativa.
Reforma de leyes y políticas públicas con perspectiva de género, con el fin de asegurar la equidad y la igualdad de la participación femenina, así como de los jóvenes, los discapacitados, los jubilados, los menores de edad, los niños de la calle, los analfabetas y de todos los grupos vulnerables.
Es importante impulsar una política sectorial que promueva el desarrollo nacional y el empleo productivo, en ese sentido nos pronunciamos por la definición de políticas de Estado, en los sectores de Aeronáutica y Telecomunicaciones plenamente consensuados con los actores implicados, así como considerar el tema de la industria cinematográfica en el marco del Libre Comercio.
Por la promulgación de una Ley de Desarrollo Rural que otorgue a los productores agropecuarios del sector social, capacidad productiva y de competitividad y al país soberanía alimentaria.
Sindicalización de los trabajadores no organizados, de los trabajadores agrícolas y de los trabajadores migrantes.
Rechazamos la iniciativa de la Reforma de la Nueva Hacienda Pública Distributiva.
Por un nuevo sistema laboral y productivo competitivo e incluyente, además de equitativo, que promueva un desarrollo sustentando en la creciente productividad del trabajo, en la capacitación de los recursos humanos, en más y mejores empleos, en salarios y prestaciones crecientes para los trabajadores. El nuevo sistema deberá ser capaz, al mismo tiempo, de crear las condiciones para incluir a los sectores marginados entre los beneficiarios del desarrollo social y sustentable, mediante la erradicación productiva de la pobreza, la generación de empleos, el respeto al medio ambiente, la ampliación del mercado interno y el apoyo a la pequeña y mediana empresa.
Por una cultura productiva que revalorice en primer lugar al trabajador y al trabajo, y que impulse una nueva visión de competitividad basada en la fortaleza de las empresas, en los mejores ingresos de los trabajadores, y en la calidad de vida de los trabajadores.
La construcción de un régimen democrático en México necesita en particular, crear las condiciones para que, los propios trabajadores, sin intervención de nadie, construyan a su vez, un régimen sindical libre, autónomo y democrático, como uno de los pilares fundamentales del Estado democrático en México.
Los trabajadores hacemos un Compromiso con México a partir de la defensa de nuestras conquistas históricas, que son patrimonio de todo el pueblo; impulsaremos la Reforma de la vida Laboral y Productiva, como base para recuperar el crecimiento económico sostenido y el desarrollo sustentable, y para impulsar en profundidad la Reforma Social y Democrática del Estado.
Necesitamos impulsar la construcción de los consensos del nuevo Pacto Social que sea capaz de unir productiva y democráticamente a los mexicanos.
El reto, para los trabajadores, es si seremos capaces de dejar nuestra firma en este cambio histórico, recuperando la fuerza y el prestigio de los sindicatos y renovándolos democráticamente, participando en la primera línea de la vida productiva y política de México, logrando el imperio de la justicia en todo el territorio nacional y entre todos los pueblos y comunidades que integran al país. La sociedad mexicana necesita de la participación organizada, social y política, de sus trabajadores. Somos el sector del pueblo que puede hacer posible la más amplia participación del conjunto de la sociedad en su lucha por la democracia y la justicia.
Nos pronunciamos por la consolidación del proceso de las negociaciones de la Paz en Chiapas, por la aprobación de la Ley de Derechos Indígenas y por la construcción de una sociedad democrática, unida en la diversidad de sus pueblos y comunidades, y cualesquiera que sean las ideologías y creencias de los grupos e individuos que la componen. Pero nos hace falta también una democracia que no se quede en los aspectos políticos y en mejores niveles de tolerancia y convivencia; nos hace falta la democracia que nos permita acabar con la desigualdad económica y social.
Hasta ahora los avances democráticos han sido aprovechados por el capital. Ha llegado el momento de hacerlos valer para los trabajadores y el pueblo. Ha llegado el momento de convocar al Acuerdo Social para la transición democrática. Sólo en ese marco podrá renovarse democráticamente el pacto social que nos une a los mexicanos.
Por ello convocamos a la marcha conmemorativa del 1º de mayo que partirá de la Avenida del Eje Central en tres columnas a partir de las 09:00 horas.
"POR UN ACUERDO SOCIAL PARA LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA Y EL DESARROLLO NACIONAL"
"POR LA UNION DEMOCRÁTICA DE LOS TRABAJADORES"
UNION NACIONAL DE LOS TRABAJADORES