• Antecedentes: apertura y viejas prácticas
• Los primeros cambios en la organización del trabajo
• Integración del Comité: entre la ruptura y el escepticismo
• Primeras normas, primeros cuestionamientos
• Reestructuración de los perfiles de puestos en Teléfonos de México: perspectiva sindical
• La certificación como motivación: gestión del conocimiento
• Certificación: permanencia en el empleo y desarrollo horizontal
• Desafíos para el próximo milenio

ANTECEDENTES

Como es de todos conocido la empresa Teléfonos de México y el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana han tenido que enfrentar en estos últimos años la apertura del mercado de las telecomunicaciones, primero en el servicio de Larga Distancia y actualmente en el servicio de telefonía básica.

Sin duda que ha sido todo un reto para la empresa y sus trabajadores haber entrado en un proceso de cambio desde su plataforma tecnológica y la transformación de sus recursos humanos para enfrentar este nuevo entorno.

A lo largo de varias décadas la empresa fue la única en prestar el servicio de telefonía en el país, lo que propició una cierta actitud de inmovilidad en el trabajador dada la no competencia y la existencia de un escalafón que aseguraba la posibilidad de ascenso por antigüedad, aún cuando este coexistiera con un esquema de exámenes de ascenso en las áreas técnicas.

Los primeros cambios en la organización del trabajo entonces son detonados por la privatización que implicaba el compromiso de modernizar tecnológicamente la empresa y por lo tanto, la actualización de conocimientos y desempeños de los trabajadores. Dicha modernización trajo consigo la reorganización de los procesos de trabajo para eficientizar la prestación de los servicios.

Dentro de la perspectiva del reconocimiento que deben tener los trabajadores de sus conocimientos y quehacer cotidiano, empresa y sindicato contemplaron la necesidad de la certificación interna, la cual toma forma y dimensión en el encuentro con el Conocer.

Relación que inicia con la instrumentación de un proyecto piloto que permitiera mediante el análisis funcional el probar la pertinencia del modelo a través de desarrollar normas de empresa.

Existiendo la claridad de la importancia de la certificación de los quehaceres de los trabajadores como sindicato, decidimos participar en la conformación del Comité de Normalización de Telecomunicaciones, aún con el escepticismo de parte de las empresas alimentado por:

• Que sea un espacio en el que se ventilen las ventajas competitivas
• Que contar con trabajadores certificados incremente los costos de operación
• Que el valor del reconocimiento tenga límites nacionales
• Que la participación de los sindicatos politice el proceso

Decidimos participar esperando una participación similar del sector.

El proceso de desarrollo de las normas ha constituido entonces un proceso de integración de experiencias y un intercambio de información técnica y tecnológica entre los participantes que ha quedado plasmado en las normas mismas.

La participación en el Comité de Normalización y los grupos técnicos del mismo, nos ha permitido ver como las empresas que actualmente compiten para ofrecer servicios en el sector, pueden sentarse a producir productos que benefician al sector, considerando que para los trabajadores se crea la posibilidad de ver reconocidas sus habilidades y conocimientos en cualquiera de las empresas.

Actualmente el sindicato celebra una negociación con la empresa en la cual se están actualizando los perfiles de puestos de los trabajadores y es precisamente en este momento en el que consideramos que el enfoque de competencia laboral adquiere particular importancia, debido a que puede permitir la reestructuración de los programas de capacitación y la posibilidad de modificar los esquemas de promoción tradicionales, hacia esquemas en los que el autodesarrollo se instrumente como la motivación que facilite la movilidad en la empresa y el sector, la cual debe de contemplar la mejora económica para el trabajador

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Dado que la certificación propicia un desempeño laboral apegado a la aplicación normativa y de procedimientos, se erige como un instrumento que permite incrementar la productividad y la calidad operativa y de los servicios efectos que deben de ir permeando e impactando al resto de la organización, de donde se desprenderían procesos exitosos que serían utilizados como modelos a seguir por los demás, lo cual nos ubica en un proceso de mejora continua y de creatividad de los trabajadores.

Además consideramos que un trabajador competente podrá tener una posibilidad mayor de empleabilidad, ya que su certificación de alguna manera garantiza los desempeños de los cuales es depositario y que deberán de ser reconocidos por la sociedad y por las empresas.

En una economía globalizada y una competencia creciente, el conocimiento y las habilidades se convierten en una herramienta fundamental para permanecer en el mercado de trabajo, en el próximo milenio, milenio en el cual el desarrollo de la tecnología será sin duda igual o mas vertiginoso que en estos últimos años.

Esto indudablemente requerirá de recursos humanos cada vez mas capacitados y con habilidades sumamente desarrolladas que respondan a los requerimientos que la tecnología imponga a los puestos de trabajo, sobre todo en este sector que incorpora continuamente y en periodos cada vez mas cortos nuevas tecnologías y equipos con mayor inteligencia y gestionabilidad, lo que de alguna manera obliga a que los conocimientos y habilidades se ubiquen en un continuo proceso de vigencia que corresponda a la nueva propuesta tecnológica, lo cual se logra a través de la certificación de las competencias.